Capítulo 01.
Hayun, la madre de Jimin era joven e inocente, cuando le propusieron consumir unas pastillas a cambio de un buen cheque, no lo pensó.
Su esposo Doyun acaba de graduarse y no conseguía empleo y Hayun estaba en espera de su primer bebé, ellos los jóvenes médicos habían dicho que no había problema con su embarazo.
Jamás pensó que se convertiría en una de las pocas mujeres de Seúl en dar a luz a un niño con útero.
Jimin era un varón, eso lo había dicho su médico, sin embargo él tenía un útero y ovarios.
Hayun estaba asustada, ella escuchó sobre las otras madres en su posición, ellas habían entregado a sus bebés. Hayun no quería eso, no quería exponer a su bebé como sí fuera un experimento. Ella contactó a la investigadora y ginecóloga Seoyeon, Seoyeon era una joven que dedicaba su vida investigar estos casos inusuales.
Seoyeon le había dado a Hayun unas pastillas, Jimin debía tomarlas para reproducir hormonas masculinas.
Seoyeon había dicho que eran para evitar los cambios por los cuales tendría que pasar Jimin, cambios por los cuales pasaría una chica normalmente. Menstruación.
Ese era el secreto de Hayun.
Hayun amaba a su pequeño bebé. Ella se iba asegurar que Jimin tuviera una vida normal, su hijo conocería a una buena chica y tendría su propia familia.
Eso no pasó, a la edad de quince años, Jimin conoció a Jeon Jungkook un joven apuesto de diecisiete años. Hayun estaba feliz del nuevo amigo de su hijo, su pequeño Jim era demasiado tímido.
Jungkook solía pasar las tardes en casa de los Park, Hayun y Doyun no se oponían, les gustaba que su hijo tuviera a un amigo. Todo cambió cuando Hayun regresó antes de la oficina, ella vio la bicicleta de Jungkook afuera de su casa pero ningún ruido se escuchaba en casa y los vio, los chicos se encontraban besándose sobre el sofá.
Su hijo sonrojado intentó disculparse y con vergüenza ese mismo día por la noche habló con su mamá. Somos novios mami, había dicho.
Hayun no estaba en contra de la relación, sólo tenía miedo. Jimin tenía meses sin tomar su medicamento, él no era un niño para obligarlo a tomar de aquellas vitaminas. Hayun no quería que Jimin resultara estar en cinta.
Sabía que su hijo era listo y se cuidaría pero al final eran dos jóvenes hormonales, cualquier cosa podría pasar.
Ella intentó hablar con Doyun pero para su sorpresa, su esposo estaba a favor de aquella relación, él no entendía la gravedad de la relación.
—Doyun, lo sabes —exclamó Hayun molesta, ella observa desde la cocina a Jimin a un lado de Jungkook. Ellos veían una serie—. Deben terminar, le diré a Jimin, me entenderá.
—No lo hará, está enamorado y hará cualquier cosa como... —pensó Doyun bebiendo de su cerveza.
—Salir con Jungkook a escondidas de ti.
Y por más que Hayun intentó separar a la pareja, no lo logró.
✧✦✧
Nueve años después.
Hayun estaba preparando la pasta favorita de Jimin.
Hace un año que vio a su pequeño retoño, con el trabajo de Jungkook y Jimin cursando su último año los chicos no habían podido ir a visitar a la familia Park.
Hace unos años, Jungkook logró conseguir un buen empleo, el cual estaba en Londres y Hayun está segura que esa fue la única razón por la que Jimin aplicó para una universidad en la capital.
Para Hayun fue muy difícil dejar ir a Jimin, era su bebé, su único hijo.
✧✦✧
—¿Condones? —preguntó Jungkook, el pelinegro estaba sobre el asiento de su auto y Jimin, su novio en su regazo.
Estaban a treinta minutos de distancia de la casa de Jimin, se detuvieron frente a una gasolinera y una cosa llevó a la otra.
Jimin estaba con su trasero frotándose sobre la erección de su novio —Mierda, no. Hazlo así —pidió cegado por la lujuria.
Jimin tenía esta clase de fetiche sobre hacerlo en público, de alguna manera le prendía el ser descubierto.
—No, te voy a lastimar —susurró Jungkook, besando el cuello de Jimin. Ellos han estado juntos una eternidad, bueno, se conocen y han follado demasiado sin y con preservativo pero de alguna manera el pelinegro siempre cuidaba de su pequeño novio.
—No —gruñó Jimin al borde de la desesperación—. Lo hicimos anoche y hoy en la ducha obtuve tus dedos, por favor seré un buen chico, seré bueno para papi.
Los ojos de Jungkook se oscurecieron.
Así eran ellos, tenían sexo demasiado en donde sea y cuando sea. Su vida era perfecta. Jungkook amaba su vida, era un hombre gay en su plena juventud y podía tener sexo con su bonito novio sin preocuparse por un embarazo no deseado.
Así eran ellos, les encantaba follar en donde sea y la hora que fuera. Si a Jungkook le preguntaran que es lo que más ama del sexo homosexual sin duda respondería que es venirse dentro de su novio.
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